"No somos capaces de cambiar el mundo por nosotros mismos, pero sí lo somos de cambiar el nuestro.
Leer no transforma lo desagradable que nos gustaría cambiar ni erradica las ansias de sensatez del ser humano, somos la especie racional del mundo. No es lo que se pretende con los libros, es objetivo inabarcable. Sí hay que dejarse llevar, evadirse de lo que no nos gusta para convivir con la rutina, porque, ¿a quién le gusta hacer todos los días lo mismo? Los libros facilitan la tarea. Al comenzar a leer nos transportamos a un lugar que, ficticio o no, dueño de una historia y sus personajes,consigue que olvidemos las preocupaciones diarias,problemas rutinarios que nos agotan y agobian. En el rato de lectura vivimos fuera de nosotros mismos.
Los libros provocan mil sensaciones: alegría, tristeza, emoción, confusión... Lo consiguen narrando ardides, porque algunas historias de los libros son engaños maravillosos, que nos seducen en una realidad ajena a la nuestra. ....
Cartel de la ilustradora argentina Gabriela Burin. |
decir si siendo tan pequeña me di cuenta de lo maravillosos que son los libros, o si me animaron entre todos los que me rodeaban a seguir leyendo. Si hay algo que con todas mis fuerzas tengo que agradecer en esta vida es el hecho de no haber decaído en las letras. Leer, aunque lo parezca, no es una acción sencilla. Hay que ser tenaz para llevarla a cabo, obstinado hasta encontrar aquello que te emociona, y en ese mismo momento ser consciente de que se ha descubierto un tesoro y no perderlo nunca. Para mí hay muy pocas cosas equiparables a lo que proporciona un libro, comprendo que algunos los consideren, en ciertos casos, sagrados; depósitos de la fe en lo que muchos consideran un mundo mejor".
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